Concurso de ideas “Museo de imágenes de la arquitectura y sede de la Academia Nacional de Arquitectura, capítulo Monterrey”

En 1995, la Academia Nacional de Arquitectura, capítulo Monterrey, convocó a un concurso nacional de ideas y conceptos arquitectónicos para realizar un Museo de Imágenes de la Arquitectura y la Sede del Capítulo Monterrey de la Academia Nacional de Arquitectura.  Los requerimientos de la convocatoria incluían:

“… crear un espacio en el que se muestre a la comunidad la riqueza del contenido histórico de la arquitectura, desde sus orígenes hasta la arquitectura del siglo XX… El Museo de Imágenes deberá ser acorde a nuestro tiempo, con las previsiones del siglo XXI, que más allá de un alarde espacial, sea un evento de comunicación, que con espacios racionalizados pretenda mostrar, mediante recursos tecnológicos y de multimedia, la secuencia histórica audiovisual de la arquitectura a través del tiempo”.

El sitio para el concurso fue Parque Fundidora Monterrey, un importante complejo cultural y recreativo emplazado en el terreno de la antigua Fundidora Monterrey, una de las primeras siderúrgicas de México y orgullo del empresariado regiomontano. Aunque Fundidora Monterrey cerró sus operaciones en 1986, los regiomontanos decidieron mantener los grandes hornos como recordatorio de la industria que vio nacer a una gran ciudad. El parque cuenta con un centro de exposiciones (CINTERMEX), hoteles, Arena Monterrey, un centro de diversiones, teatro-auditorio y 114 hectáreas de áreas verdes.

Programa

El programa se subdivide en siete partes: exteriores, ingreso, administración, sede de la academia, museo de imágenes, servicios de museo y expansión futura. En total, más de 2,115m2 de programa, más espacios libres.

Concepto: “Sólido dentro de un vacío”

El concepto parte de un juego de ideas que nos ayuda a visualizar el proyecto incluso antes de dibujar cualquier línea. La búsqueda de planteamientos filosóficos ayuda a concretar una idea congruente y original, que finalmente se transmite en una solución arquitectónica sólida. Estos planteamientos dotan al proyecto de libertad partiendo de la imaginación, sin buscar referencias en otras arquitecturas, sino en aquellos gestos e ideas paralelas al oficio que nos lleven al camino deseado.

El museo se plantea como una pieza dentro de un conjunto de ideas unificadas. Si bien el proyecto es una colaboración de tres arquitectos, los croquis y las maquetas son vistos como un ejercicio de pinturas impresionistas; son ideas vagas pero coherentes que definen una dirección y unas ideas deseadas. Se realizan varios ejercicios y se espera que la intuición muestre el camino indicado. Cada ejercicio es una variación sobre un tema, y así muestran errores y aciertos de cuales se puede aprender.

Es indispensable hacer las preguntas correctas. En un principio, solo se tiene una distante y difusa idea que, rápidamente, se transforma en un ejercicio complejo. No es la pureza de la imagen lo que se busca, sino mostrar la fuerza de la idea por medio de una técnica definida. Se plantearon tres incógnitas:

¿Puede ser la historia de la arquitectura contenida y representada en la manera descrita por la convocatoria y programa arquitectónico?

¿Se puede plantear una solución que cuestione el programa arquitectónico y al mismo tiempo ser representativo de su historia?

¿Qué papel juega el emplazamiento y la volumetría del proyecto conforme a su contexto?

En base a estas preguntas, se plantearon las posibles soluciones al dilema arquitectónico:

¿Será que el proyecto es un gran contenedor que envuelve al programa?

¿Su estética puede mostrarse distante o cercana ante el peso histórico de los hornos?

El museo como espectador

El museo tiene dos actividades principales:

  • La Academia Nacional de Arquitectura
  • El Museo de Imágenes de Arquitectura

Se analizó el programa y se decidió separarlo.

Academia      =          Sólido

Museo           =          Vacío

Desde la perspectiva adoptada estas actividades son irreconciliables, pues representan dos filosofías distantes de la arquitectura.

  • La academia encierra leyes, dogmas, comportamientos y prejuicios.
  • El museo observa, contempla, representa y escenifica: tiene que contener la historia de la arquitectura desde el ojo crítico.

Uno dentro del otro, uno sobre el otro

Las salas proyectan imágenes de lo acontecido o de lo que va a suceder, las imágenes son luz, tienen que ser espacios cerrados, las salas forman un sólido, un volumen que encierra a la luz. Otro vacío es el museo, un espacio de representación, donde la arquitectura contemporánea espera al ojo crítico.

La academia se sitúa debajo del espacio de representación, en un teatro, semi hundida y metafóricamente “alejada”.

Circulaciones

Del libro de GOG de Giovanni Papini, se tomó la idea de narrar la historia al revés, articulando el proyecto al reverso de lo indicado en el programa. Primero, la historia contemporánea y, al final, la arquitectura de la edad de piedra. De esta manera, se logra una perspectiva más objetiva y con mayor impacto de la museografía.

Las salas mediáticas están sobrepuestas sobre el presente arquitectónico. A la distancia, se observa un contenedor que envuelve un volumen flotando en su interior.